Mildred Pierce: El amor de madre también es mi peor pecado.

 

Dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Joan Crawford, Ann Blyth, Eve Arden, Jack Carson, Zachary Scott y Bruce Bennett.

Sinopsis

Cuando el segundo marido de Mildred Pierce (Joan Crawford) es asesinado, la policía la interroga. La mujer cuenta cómo ha sido su vida desde que se casó por primera vez y cómo se ha sacrificado para proporcionar a su hija (Ann Blyth) todas las oportunidades que ella nunca tuvo.

Curiosa es la vida en donde el único Oscar ganado en la carrera de Joan Crawford, sea por su tremenda interpretación de Mildred aquella madre que sacrifica todo por su desalmada hija, considerando que la actriz fue acusada por parte de sus hijos adoptivos de ser una mala madre después de su muerte. Una muestra más de los mitos y leyendas que rodean a una de las grandes actrices que Hollywood nos ha regalado en su historia.

Es así como uno puede comenzar a retratar una de las mejores películas de 1945, un melodrama con tintes de cine negro que invade el cine con una de esas películas que marcan historia por sus grandes interpretaciones y por su gran dirección de un director que hacer cine si sabía. Hablar de Michael Curtiz es hablar de un director tan versátil como encasillable, pero sin duda una de sus mejores películas luego de Casablanca, es este melodrama que el director sabe entregar como juego de emociones hacia el espectador y que lleva con la sutileza máxima de un cineasta que sabe lo que hace un guion impecable por parte de Ranald MacDougall y Catherine Turney.

Basada en la novela de James M. Cain la película logra ser de esos clásicos de cine americano por su control narrativo, su fotografía y su alucinante interpretación por parte de su reparto femenino, en donde aquellas secundarias como Ann Blyth y Eve Arden se pueden sentar en el trono de su protagonista, es que ambas actrices logran dar interpretaciones que marcan momentos Eve Arden en pequeños fragmentos de amistad que le bastan para robarse las miradas y una Ann Blyth que entre su belleza y su alma oscura entregan uno de los personajes más detestables del cine con una hija desalmada, siniestra y ambiciosa que hace que quieras traspasar la pantalla y lanzarla lo más lejos posible, una interpretación magnífica de una de las últimas estrellas del Hollywood dorado que aún vive. Sin embargo, si hay alguien que merece todas nuestras ovaciones, es lo que hace Joan Crawford en el apogeo de su talento, brindando una madre que nos lleva al sufrimiento más profundo y a la encarnación de ese amor de madre que llega a convertirse en tóxico y dañino. Ver a Joan Crawford interpretando a Mildred es ver una de las mejores interpretaciones del cine en su historia. La bienvenida de Warner Bros aquel año a Joan Crawford significa el otorgarle su primer Oscar, su primera nominación y el sitial que merecía en la industria y que la MGM dejo partir.

Una película que en la grandeza de sus personajes hace también la grandeza de su melodrama y su cine negro, una película que te cautiva con su sencillo recorrido hacia el tormentoso destino de una relación que nunca supondría tener un final feliz. Una película maravillosa que está ejecutada a la perfección y que nos traslada a ese cine del Hollywood dorado y que 79 años después sigue siendo una cita con una película que se siente como si fuese estrenada ayer.

Calificación: ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

Crítica: 🍅88% - 🍿90% - IMDb 7.9

Compañías: Warner Bros.

Estreno: 20 de octubre de 1945.



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