Bette Davis: La villana que se negó a envejecer

 

Ruth Elizabeth Davis, conocida artísticamente como Bette Davis, nacida en Massachusetts, el 5 de abril de 1908.

Considerada una de las más grandes estrellas del séptimo arte, su carrera se avala en su filmografía, donde encontramos 87 películas, diez nominaciones a los Premios Óscar, 5 de ellas consecutivas, y dos estatuillas a su haber.

Sin embargo, como toda diva del cine, su vida estaría marcada por dramas, una infancia difícil y el amor como uno de sus grandes sufrimientos.

Es esa infancia difícil marcada por la separación de sus padres y su internado en un hospicio, además de tener una sola hermana, con quien compartió los momentos más oscuros de su infancia, lo que marcaría la personalidad de la diva del cine y también su talento para perdurar tantos años en una industria que no perdonaba, y con la cual Davis siempre tuvo sus puntos de desencuentro que marcaron su lucha contra el paso del tiempo y sus personajes, que la llevaron a interpretar personajes sin ocultar su edad.

Davis forjó una carrera impecable en el cine, cargada de éxitos que elevaron la actuación en la gran pantalla al nivel del teatro, y consiguió dotar de empaque y dignidad a la profesión.

Fue con The Bad Sister de 1931 donde Bette Davis comenzaría su relación con la industria y fue la que le abrió las puertas a las galerías cinematográficas de Hollywood. También sería su primera firma con Universal y posteriormente con Columbia para finalmente firmar con Warner Brothers, quien la albergaría por dos décadas en su carrera. Su mítica relación con la Warner de amor y desencuentros también sería la cúspide de su carrera en donde se encontraría con sus mayores logros en pantalla.


Es Dangerous de 1935 y Jezebel de 1939, las películas que le otorgarían sus dos únicos Oscars a una actriz que luego obtendría 5 nominaciones consecutivas, un hecho que marca su grandeza como actriz, fueron Jezebel, Dark Victory de 1940, The Letter de 1941, The Little Foxes de 1942 y Now, Voyager de 1943 las películas que la consolidarían como la más grande estrella de la edad dorada de Hollywood.

Bette Davis nunca destacó por su gran belleza, pero siempre supo sacar réditos a sus rasgos: una mandíbula acerada, unos pómulos desafiantes y unos ojos algo caídos con los párpados hinchados; eso sí, dramáticos y expresivos, que marcaron su sello y que muy posiblemente el cine nunca más haya logrado retratar.


La leyenda de los roles complejos.

Su grandeza profesional da paso a jugárselo todo una y otra vez con papeles complejos, intensos y cargados de dramatismo. Ya con una característica firme que representaba como su especialidad fueron las historias con mujeres histéricas en la cincuentena, aquí el nacimiento de uno de sus personajes más icónicos como Margo Channing en All About Eve de 1950. Fue el momento en donde Davis se permitió cultivar todo su talento cosechado a lo largo de sus comienzos para dar rienda suelta a su histrionismo, que la establecieron como una de las grandes villanas del cine, a una actriz para la que la actuación es más que un don, es un modo de vida.

También supo tener caídas, hubo largometrajes de poco éxito que fueron cosechando derrotas en la carrera de la actriz y también el nacimiento de una villana fuera de la pantalla y su icónica enemistad con Joan Crawford que fueron posicionando en ella sentencias lapidarias por parte de la Hollywood.

El camino al fin de su carrera.

Si bien All About Eve significo mucho para la carrera de Davis, es también la década de los 50 la que le traería sus mayores retractores y sus mayores fracasos en el cine; todo aquello se sumaba a también sus difíciles relaciones en el amor y por ese entonces el fracaso de su cuarto matrimonio.

Pero aquello no impediría que la actriz lograse una vez más tocar el olimpo y es en la década de los 60 que alcanzaría su último gran éxito y sería en compañía de su gran villana en la vida. What Ever Happened to Baby Jane?, de 1962, sería la que le entregaría su última nominación como mejor actriz y también una pequeña victoria en su rivalidad contra Joan Crawford, considerando que Bette Davis sería nominada a la temporada de premios por sobre su eterna rival, lo que terminaría por consolidar una enemistad de por vida.

Ya con el fin de la década los grandes papeles ya habían pasado de la actriz y poco a poco dejaría las primeras planas, aunque no su carrera, ya que la actriz nunca se despediría cien por ciento de lo que más amo hacer en su vida que era actuar.


Una de las más grandes estrellas de Hollywood, la diva más grande de la industria y uno de los legados más icónicos de la industria del séptimo arte que supo tener en William Wyler su director favorito y quien logro sacar las mejores interpretaciones de la actriz.

“Hollywood always wanted me to be beautiful, but I fought for realism.”

                                                                                                              Bette Davis.

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